La búsqueda de la identidad:
Definida por Erikson como una concepción coherente del yo, formada por metas, valores y creencias con las cuales la persona está sólidamente comprometida.
Erikson: Identidad frente a confusión de identidad: Erikson decide que la tarea principal de la adolescencia es resolver la crisis de la identidad frente a conflicto de identidad, para lograr convertirse en un adulto único con un sentido coherente del yo y un papel que sea valorado en la sociedad. Esta crisis de identidad rara vez se resuelve por completo en la adolescencia; por lo tanto, a lo largo de la vida adulta afloran una y otra vez problemas concernientes a la identidad.
Marcia: Estados de identidad, crisis y compromiso: se caracteriza por el compromiso con las elecciones hechas después de una crisis, un periodo dedicado a explorar alternativas. Marcia distinguió cuatro tipos de estados de identidad: logro de la identidad, exclusión, moratoria y difusión de la identidad. Marcia definió la crisis como un periodo en el que se toma una decisión consciente y el compromiso como una inversión personal en una ocupación o sistema de creencias.
Diferencias de género en la formación de la identidad: Según Erikson para las mujeres, la identidad y la intimidad se desarrollan juntas. No obstante, en lugar de considerar que este patrón es una desviación de una norma masculina.
Factores étnicos en la formación de la identidad: Según Marcia, algunas investigaciones han identificado cuatro estados de identidad étnica: difusa, excluida, moratoria y lograda.
Sexualidad:
Verse a sí mismo como un ser sexuado, reconocer la propia orientación sexual, aceptar los cambios sexuales y establecer vínculos románticos o sexuales, son aspectos que acompañan a la adquisición de la identidad sexual.
Orientación e identidad sexual: Suele convertirse en un asunto apremiante: la persona se sentirá sexual, romántica y afectivamente atraída hacia personas del sexo opuesto (heterosexual), del mismo sexo (homosexual) o de ambos sexos (bisexual).
Conducta sexual: A menudo existe una discrepancia entre lo que la gente dice acerca del sexo y lo que hace, y no hay manera de corroborar sus declaraciones. Es probable que algunos oculten la actividad sexual y otros la exageren. Dentro de los riesgos sexuales se encuentra el contraer infecciones de transmisión sexual y en el caso heterosexual, un embarazo. Los adolescentes que usan más de un método anticonceptivo o hablan de la anticoncepción antes de tener su primera relación sexual demorada, son más propensos a usar anticonceptivos de manera sistemática durante esa relación.
Infecciones de transmisión sexual: Las razones principales de la prevalencia de las infecciones de transmisión sexual entre los adolescentes incluyen la actividad sexual temprana, la cual incrementa la probabilidad de tener múltiples parejas de alto riesgo; el hecho de no usar condones o de no utilizarlos de manera regular y correcta; y, en el caso de las mujeres, la tendencia a tener relaciones sexuales con parejas mayores. Algunas de las infecciones de transmicion sexual son: Clamidia, Tricomoniasis, Gonorrea, VPH, Herpes, Hepatitis B, Sifilis, SIDA.
Embarazo y maternidad en la adolescencia: La mayor parte de los embarazos de las adolescentes no fueron planeados, una parte de ellos terminan en aborto, algunas abortan espontáneamente o en los partos el bebé nace muerto, y en muchas ocasiones dan a sus bebes en adopción.
Relaciones con la familia, los iguales y la sociedad adulta:
Los adolescentes pasan más tiempo con los compañeros y menos con la familia. Sin embargo, los valores fundamentales de la mayoría de ellos permanecen más cercanos a los de sus padres de lo que en general se da uno cuenta.
¿Es un mito la rebeldía adolescente?: Los años de la adolescencia han sido llamados la época de la rebeldía adolescente, la cual involucra confusión emocional, conflicto dentro de la familia, marginación de la sociedad adulta, conducta temeraria y rechazo de los valores de los adultos. La idea de la rebeldía adolescente puede haber surgido de la primera teoría formal de la adolescencia del psicólogo G. Stanley Hall, el cual creía que los esfuerzos de los jóvenes para ajustarse a sus cuerpos cambiantes y a las demandas inminentes de la vida adulta son el preludio de un periodo de tormenta y estrés emocional, el cual produce conflictos entre las generaciones.
La cantidad de tiempo que los adolescentes suelen pasar con sus familias disminuye de manera notable durante los años adolescentes. Sin embargo, esta separación no es un rechazo de la familia sino una respuesta a las necesidades del desarrollo.
Adolescentes y padres: Las relaciones con los padres durante la adolescencia, el grado de conflicto y la apertura de la comunicación, se sustentan en gran medida en la cercanía emocional desarrollada durante la niñez; a su vez, las relaciones de los adolescentes con los padres establecen las condiciones para la calidad de la relación con una pareja en la adultez.
Adolescentes y hermanos: A esta edad son menos cercanos a sus hermanos que a los padres o amigos, son menos influenciados por ellos, y se distancian aún más a medida que avanzan en la adolescencia (Laursen, 1996). En una investigación previa, las hermanas por lo general manifestaban más intimidad que los hermanos o las parejas mixtas.
Adolescentes e iguales: El grupo de iguales es una fuente de afecto, solidaridad, comprensión y orientación moral; un lugar para la experimentación y un escenario para convertirse en seres autónomos e independientes de los padres. Es un lugar para formar relaciones íntimas que sirven como ensayo para la intimidad adulta.
Conducta antisocial y delincuencia juvenil:
Una interacción entre factores de riesgo ambientales y genéticos o biológicos puede ser la causa de buena parte de la conducta antisocial.
La conversión en delincuente: factores genéticos y neurológicos: Estudios han concluido que los genes influyen en 40 a 50% de la variedad de la conducta antisocial dentro de una población, y de 60 a 65% de la variedad de los actos antisociales agresivos. Hallazgos recientes sugieren que aunque la genética influye en la delincuencia, en la expresión de los genes participan influencias ambientales que incluyen a la familia, los amigos y la escuela.
Convertirse en delincuente: Como influyen e interactúan la familia, los iguales y la comunidad: Los investigadores han identificado dos tipos de conducta antisocial: inicio temprano e inicio tardío. Igual que en la niñez, los adolescentes antisociales son proclives a tener amigos antisociales, y su comportamiento disfuncional aumenta cuando se asocian entre sí. Una mejor crianza durante la adolescencia disminuye la delincuencia, ya que desalienta la asociación con iguales problemáticos.
Perspectivas a largo plazo: los adolescentes que no ven alternativas positivas o que provienen de familias disfuncionales tienen mayores probabilidades de adoptar un estilo de vida antisocial permanente. Los más propensos a persistir en la violencia son los muchachos que tuvieron influencias antisociales tempranas; los que muestran menos propensión son los jóvenes de ambos sexos que alcanzaron éxito escolar temprano y chicas que mostraron un desarrollo prosocial temprano.
Prevención y tratamiento de la delincuencia: Así como la delincuencia juvenil tiene sus raíces en la niñez temprana, también deberían tenerlas los esfuerzos preventivos que atacan los múltiples factores que pueden conducir a la delincuencia. Los adolescentes que han participado en algunos programas de intervención en la niñez temprana son menos propensos a involucrarse en problemas que sus compañeros igualmente desfavorecidos.
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